Azerbaiyán es una nación situada en la región del Cáucaso, entre Europa y Asia, con una población aproximada de 10 millones de personas. Su capital y ciudad más grande, Bakú, concentra alrededor de dos millones de habitantes y es el centro económico y cultural del país.
Azerbaiyán tiene una población joven, con una media de edad de unos 32 años, lo que le da una energía vibrante y dinámica. La mayoría de la población es de etnia azerí y el idioma oficial es el azerí, aunque el ruso y el inglés son comunes en las áreas urbanas y entre las nuevas generaciones.
La economía de Azerbaiyán depende en gran medida de la exportación de petróleo y gas, que representan la mayor parte de sus ingresos y le han permitido un crecimiento significativo en las últimas décadas.
Este país rico en recursos naturales tiene un PIB de alrededor de 74 mil millones de dólares, y su ingreso per cápita se sitúa en torno a los 7,400 dólares. En los últimos años, Azerbaiyán ha diversificado su economía para reducir su dependencia del petróleo, invirtiendo en sectores como el turismo, la agricultura y las tecnologías de la información.
En términos de religión, Azerbaiyán es un país predominantemente musulmán, con cerca del 97% de la población identificándose como musulmana, aunque el país es oficialmente laico. La mayoría de los musulmanes azeríes son chiitas, pero el ambiente religioso es bastante tolerante y secular, con libertades para otras religiones y un bajo nivel de influencia religiosa en la vida política.
La religión con enfoque laico permite una coexistencia pacífica entre distintos grupos religiosos y mantiene una atmósfera abierta y acogedora para visitantes de todas partes del mundo.
Azerbaiyán cuenta con una infraestructura en desarrollo y un sistema educativo que garantiza la alfabetización de casi el 100% de la población. La expectativa de vida es de alrededor de 73 años, y los sistemas de salud y educación son accesibles, aunque aún existen retos en zonas rurales.
Gracias a sus reservas de energía, su cultura diversa y su enfoque en la modernización, Azerbaiyán sigue avanzando como una nación que combina sus tradiciones con una visión progresista para el futuro.
Azerbaiyán tiene una posición geopolítica compleja debido a su ubicación en el Cáucaso, entre Europa y Asia, y a su historia como república exsoviética. Su relación con los países vecinos varía notablemente; con Rusia, mantiene lazos económicos y de seguridad estrechos, dada la influencia histórica rusa en la región.
Sin embargo, su enfoque es equilibrado, ya que también cultiva relaciones con Turquía, un aliado cercano debido a sus raíces culturales y lingüísticas compartidas.
La relación con Armenia, sin embargo, ha sido complicada por el conflicto en torno a Nagorno-Karabaj, una región de mayoría armenia que reclamaba autonomía. Este conflicto llevó a tensiones y enfrentamientos armados intermitentes durante décadas, pero el acuerdo de paz de 2020, mediado por Rusia, buscó reducir la violencia en la zona.
En cuanto a sus relaciones internacionales, Azerbaiyán ha buscado diversificar sus alianzas y convertirse en un puente económico y cultural entre Oriente y Occidente. El país forma parte de iniciativas como el Corredor Meridional de Gas, que proporciona gas natural a Europa, lo cual refuerza su papel como proveedor energético clave para el continente.
Además, Azerbaiyán participa en la Organización de Cooperación Islámica y mantiene vínculos diplomáticos activos con Estados Unidos, la Unión Europea y China, entre otros.
A nivel global, Azerbaiyán intenta proyectarse como una nación moderna y estable que promueve el diálogo y el entendimiento multicultural. Realiza eventos internacionales, como el Gran Premio de Bakú de la Fórmula 1 y festivales culturales, para atraer turismo y fortalecer su imagen en el mundo. Su política exterior es pragmática, buscando equilibrar intereses económicos y de seguridad, y mantener relaciones constructivas con diversos actores en el ámb...