Zatanna deja sus dos conejos mágicos al cuidado de Supergirl por la tarde, mientras va a presentar su primer show de magia, pero le advierte que los mantenga separados en todo momento. Cuando Supergirl ignora la advertencia y los deja salir de sus jaulas, se reproducen mágicamente tan rápido que amenazan con invadir toda Metrópolis. Zatanna reprende a Supergirl por su descuido, explicando que el amor de los dos conejos les permite reproducirse cuando se juntan. Las dos chicas no pueden seguir el ritmo de la estampida, y un hechizo de odio lanzado por Zatanna solo hace que los conejos se fusionen en un monstruo gigante que se traga a Supergirl entera. Sin embargo, ella se libera con los dos conejos originales y los separa a regañadientes, haciendo que los demás desaparezcan. Más tarde, Zatanna los deja nuevamente con Supergirl, quien en secreto promete dejarlos salir.