El niño P. Tinto tiene muy claro lo que quiere ser de mayor: Padre de Familia Numerosa. Sueña con un montón de hijos que crezcan a su lado sanos y fuertes. Pero le falta algo. ¿Una mujer, quizás?
El hecho de que Olivia sea ciega (y más tacaña que una rata) no impide que ambos formen un hogar quince años más tarde. ¿Hogar?
Cincuenta años después, cuando ambos son ancianos y han perdido toda esperanza de tener descendencia, un acontecimiento cambiará sus vidas para siempre... ¿Un milagro tal vez?